Solo cargamos las espectativas frustradas de otros proyectadas en nosotros y terminando siendo iguales al no haber sido lo que queríamos ser. Económicamente estables pero emocionalmente infelices. Y es que, como suele proponer mi amigo Marcos Mediavilla, el mundo no es un restaurante de menú en el que todos https://angelopjbqg.blogerus.com/54424142/la-guía-más-grande-para-cómo-saber-si-está-perdiendo-el-interés